Angélica
 

Angélica cuando te nombro
me vuelven a la memoria
un valle, pálida luna en la noche de abril
de aquel pueblito de Córdoba.

si un águila fue tu cariño
paloma mi pobre alma
temblando, mi corazón en sus garras sangró y no le tuviste lástima.

No olvidaré cuando en tu Córdoba te vi
y tu clavel bajo los árboles robé
mis brazos, fueron tu nido, tu pelo la luz
de la luna entre los álamos.

Tus párpados si por instantes
te vuelven los ojos mansos
recuerdan, cuando en el cielo de pronto se ve,
que nace y muere un relámpago.

La sabana que sobre el suelo
se tiende cuando la escarcha
no es blanca como la tímida flor de tu piel
ni fría como tus lágrimas.

ESTRIBILLO.